Ventajas de las casas prefabricadas
Las casas prefabricadas se asociaron en su día a contenedores utilizados para situaciones de emergencia o a barracones que afean nuestros suburbios, además de dar una sensación de dilapidación y abandono. De hecho, las casas prefabricadas están muy extendidas desde la segunda mitad del siglo XX, debido a que esta tecnología se utilizó ampliamente entre los años 50 y 60 en varios países para la reconstrucción de las ciudades destruidas por las guerras mundiales.
Pero hoy, gracias a las nuevas tecnologías, ya no tenemos que hacer esta asociación, ya que la vivienda prefabricada se ha convertido en sinónimo de todas las ventajas que puede aportar su adopción, con cero inconvenientes.
La estética de las casas prefabricadas
Las casas prefabricadas se construyen siguiendo una lógica de serialidad y estandarización de componentes como se hace en los procesos industriales normales.
A pesar de ello, la última tecnología permite construir casas que no son todas iguales, como podría pensarse. De hecho, es posible construir todas las mismas piezas en el laboratorio, que luego se ensamblan de forma diferente en la obra, a partir de un diseño único y más complejo.
Las ventajas de utilizar esta técnica de construcción son muchas y van desde una mayor rentabilidad, que siempre es una palanca muy eficaz para los usuarios finales, hasta un mayor cuidado del medio ambiente, pasando por la garantía de estabilidad, durabilidad y salubridad.
Rapidez de ejecución y ventajas económicas
En primer lugar, una casa construida con todos los componentes de serie permite reducir los imprevistos, ya que todo está planificado antes del inicio de la obra hasta el más mínimo detalle, y reducir el tiempo de construcción.
Esto también conlleva ventajas económicas, en primer lugar porque no hay sorpresas finales, como ocurre en la construcción tradicional, donde cada vez más a menudo el presupuesto de la empresa constructora tiene un porcentaje de variación al final que en algunos casos puede llegar a ser insostenible.
A esto hay que añadir el hecho de que la mayor duración de una obra también conlleva mayores costes de mantenimiento, así como gastos para el cliente que puede estar alquilando y esperando a que le entreguen su nueva casa.
En general, una casa prefabricada puede construirse en tan sólo tres meses, sin tener en cuenta, sin embargo, el tiempo burocrático necesario para la aprobación de los permisos de construcción.
Eficiencia y sostenibilidad de una casa prefabricada
Un tema que se abre paso cada vez más en el corazón de los clientes es la preocupación por el medio ambiente, y en estos términos una casa prefabricada está muy a la vanguardia.
Los materiales más utilizados en la construcción de casas prefabricadas son el hormigón y la madera. En ambos casos, se trata de materiales con considerables ventajas en términos de rendimiento energético y durabilidad.
Gracias a que se deja poco espacio para los imprevistos, todo se construye de forma controlada, con un considerable ahorro de recursos y energía para la producción.
Las casas de madera también son máquinas ecológicas, ya que son sumideros de carbono, que bloquean el CO2 acumulado en los árboles.
Por último, tanto el hormigón como la madera tienen buenas propiedades aislantes, tanto térmicas como acústicas.
Cuando la construcción ha llegado al final de su vida útil, los componentes, en su mayoría ensamblados en seco, pueden desmontarse y reutilizarse. El hormigón, por ejemplo, puede triturarse y transformarse en áridos para nuevas construcciones, mientras que la madera puede tener diversas reutilizaciones.